The Mousetrap
La milésima representación de la
obra de Agatha Christie The mousetrap
en el teatro Ambassadors de Londres, el 22 de abril de 1955, sólo llamó la
atención de un crítico, que escribió: “El mayor misterio de esta noche es por
qué esta obra ha durado tanto”. En diciembre de 1970, se convirtió en la
producción que más tiempo había estado en cartelera, al alcanzar 7511 funciones
consecutivas. Y continúa hasta hoy. En 1988 llegó a la función 15.000. A la
fecha, más de ocho millones de personas la han visto en el West End londinense.
Esta legendaria obra policíaca se
estrenó en el teatro Royal de Nottingham, Inglaterra, en octubre de 1952, y se
cambió en noviembre de ese año al teatro Ambassadors, en Londres, donde recibió
buenas críticas. Sin embargo, no había indicios de lo que sucedería, y la
propia Agatha Cristie predijo una temporada no mayor de seis meses.
Actores van y vienen, y el decorado
se ve como el de 1952. Ha
habido una sola renovación completa de escenografía, aunque los muebles y accesorios
se reemplazan conforme se gastan. Dos objetos, un reloj y un sillón de cuero,
son los mismos de la producción original.
En los primeros 36 años de la obra,
las encargadas del vestuario plancharon más de 106 km de camisas, y los
espectadores consumieron más de 269 ton de helado y 220.000 litros de
bebidas, no alcohólicas. En enero de 1985, el “arma asesina” original (un
revólver .38 Colt New House, eliminado de la producción después que en 1962 se
prohibieron en el escenarios armas de fuego verdaderas) se vendió en una
subasta en casi 700 dólares, seis veces su valor normal.
¿Por qué The mousetrap continúa atrayendo público noche a noche? Quizá
porque el empresario Peter Saunders tuvo cuidado de darle publicidad en los
primeros años. En la fiesta del décimo aniversario, en el hotel Savoy, el
pastel pesó más de media tonelada. Se convenció a una actriz de reparto de
casarse bajo un arco de ratoneras. Y recibió atención inesperada después de su
representación en la prisión de Wormwood Scrubs, cuando dos reos aprovecharon
la ocasión para escapar. En cada aniversario, la publicidad dada a la obra
atrae más público, lo cual conduce a otro aniversario, y así sucesivamente.
El mayor misterio es: ¿quién
cometió el crimen? Aunque la obra se ha traducido a 22 idiomas y se ha
representado en 21 países, los millones que la han visto se cuidan de no
revelar el secreto. Sólo existe una excepción conocida: un enfurecido taxista
cuyos pasajeros no le dieron propina. Al dejarlos en el teatro donde se
representaba la obra, les gritó: “¡El mayordomo lo hizo!”. Sin embargo, no fue
tan vengativo como parecía a primera vista: no hay mayordomos en la obra.
¿Sabías qué?, Readers Digest, 1990