sábado, 10 de noviembre de 2012

Una obra de Agatha Christie


The Mousetrap

 

La milésima representación de la obra de Agatha Christie The mousetrap en el teatro Ambassadors de Londres, el 22 de abril de 1955, sólo llamó la atención de un crítico, que escribió: “El mayor misterio de esta noche es por qué esta obra ha durado tanto”. En diciembre de 1970, se convirtió en la producción que más tiempo había estado en cartelera, al alcanzar 7511 funciones consecutivas. Y continúa hasta hoy. En 1988 llegó a la función 15.000. A la fecha, más de ocho millones de personas la han visto en el West End londinense.
Esta legendaria obra policíaca se estrenó en el teatro Royal de Nottingham, Inglaterra, en octubre de 1952, y se cambió en noviembre de ese año al teatro Ambassadors, en Londres, donde recibió buenas críticas. Sin embargo, no había indicios de lo que sucedería, y la propia Agatha Cristie predijo una temporada no mayor de seis meses.
Actores van y vienen, y el decorado se ve como el de 1952. Ha habido una sola renovación completa de escenografía, aunque los muebles y accesorios se reemplazan conforme se gastan. Dos objetos, un reloj y un sillón de cuero, son los mismos de la producción original.
                                                                    
En los primeros 36 años de la obra, las encargadas del vestuario plancharon más de 106 km de camisas, y los espectadores consumieron más de 269 ton de helado y 220.000 litros de bebidas, no alcohólicas. En enero de 1985, el “arma asesina” original (un revólver .38 Colt New House, eliminado de la producción después que en 1962 se prohibieron en el escenarios armas de fuego verdaderas) se vendió en una subasta en casi 700 dólares, seis veces su valor normal.
¿Por qué The mousetrap continúa atrayendo público noche a noche? Quizá porque el empresario Peter Saunders tuvo cuidado de darle publicidad en los primeros años. En la fiesta del décimo aniversario, en el hotel Savoy, el pastel pesó más de media tonelada. Se convenció a una actriz de reparto de casarse bajo un arco de ratoneras. Y recibió atención inesperada después de su representación en la prisión de Wormwood Scrubs, cuando dos reos aprovecharon la ocasión para escapar. En cada aniversario, la publicidad dada a la obra atrae más público, lo cual conduce a otro aniversario, y así sucesivamente.
El mayor misterio es: ¿quién cometió el crimen? Aunque la obra se ha traducido a 22 idiomas y se ha representado en 21 países, los millones que la han visto se cuidan de no revelar el secreto. Sólo existe una excepción conocida: un enfurecido taxista cuyos pasajeros no le dieron propina. Al dejarlos en el teatro donde se representaba la obra, les gritó: “¡El mayordomo lo hizo!”. Sin embargo, no fue tan vengativo como parecía a primera vista: no hay mayordomos en la obra.

¿Sabías qué?, Readers Digest, 1990