Llamada a escena de un confederado
Es el 14 de abril de 1865. En el teatro Ford, de
Washington, D.C., el joven actor John Wilkes Booth se preparó para dar la mejor
función de su vida. Estaba a punto de asesinar al presidente de Estados Unidos.
Sin problemas, Booth llegó hasta el palco donde
Abraham Lincoln y su esposa disfrutaban del acto final de Our American Cousin. Esperó a oír una frase en la ora que siempre
hacía que el teatro se viniera abajo en aplausos, y entonces, en silencio,
abrió la puerta del palco, apuntó a la nuca del presidente y disparó. Después
Booth saltó al escenario y escapó en un caballo que lo esperaba detrás del
teatro.
El presidente Lincoln murió a la mañana siguiente:
Booth había pasado a la historia. Más, ¿quién era y por qué quiso matar al
presidente? Booth era un exitoso actor que ganaba más de 20.000 dólares
anuales. Sin embargo, también era un decidido opositor de la decimotercera
enmienda de Lincoln, que pretendía abolir la esclavitud del sur (confederados)
El plan original de Booth, elaborado un mes antes,
era secuestrar al presidente Lincoln y entregarlo al gobierno confederado, que
podría intercambiarlo por prisioneros de guerra. Reclutó a varios cómplices
para que le ayudaran. Realizaron su primer intento el 17 de marzo, cuando
interceptaron el carruaje del presidente en camino a una función de teatro en
Washington. Sin embargo, Lincoln no iba en el carruaje. Entonces, Booth decidió
secuestrar al presidente en el Teatro Ford. Pero cuando estuvo listo, el
gobierno confederado había caído y Booth decidió que sólo medidas desesperadas
podrían ayudar al Sur. Pensó que si mataba al presidente podría incitar una
revolución en el norte que ayudara al Sur.
Al principio pareció que el asesino, luego de
cruzar el río Potomac hacia Virginia, eludiría a sus perseguidores. Pero el 26
de abril de 1865 Booth fue rodeado por tropas de la Unión en un depósito de
tabaco en Virginia. Como se negó a entregarse vivo, incendiaron el depósito y
fue muerto a tiros cuando intentó escapar de las llamas.
¿Sabías
qué?, Readers Digest, 1990